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Mujeres jóvenes; retos laborales en Centroamérica.  

Mujeres jóvenes; retos laborales en Centroamérica.  

“Estoy harta de ser vista desde la lástima a causa de mi identidad. Ser una persona joven y una mujer trans, me coloca en una situación de doble discriminación, es como si debería resignarme a pagar un castigo por ser quien soy, quiero que, profesionalmente, la gente me vea con respeto y admiración”. (Génesis Dávila)

A partir de la idea anterior, resulta importante mencionar que las oportunidades, en Centroamérica, para personas jóvenes son limitadas. Al concluir nuestras carreras universitarias o técnicas, somos muchas y muchos quienes permanecemos en el desempleo, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), afirma que, en Centroamérica, desde la pandemia de COVID-19, el desempleo juvenil alcanzó la cifra más elevada desde que se llevan registros, 23.8%, millones de jóvenes, buscan empleo sin conseguirlo, en la región. (Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), 2022)

A partir del contexto tan adverso, el BCIE, realizó un análisis de los instrumentos jurídicos, sobre este tema, en los países socios de la región Centroamérica; Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. El estudio reveló que, en las legislaciones de estos países, existen políticas públicas, que proponen crear condiciones para el desarrollo integral de las juventudes. Si bien es cierto, ninguna de estas disposiciones menciona específicamente cuotas de empleabilidad para personas jóvenes, si fomentan la contratación de personas sin experiencia laboral, entre los 18 y los 25 o 29 años, en dependencia del país, muchas veces a través de incentivos fiscales a las empresas que realicen estas contrataciones, con el objetivo de generar espacios laborales sostenibles a largo plazo.

Esta situación, expuesta con anterioridad, puede agravarse con nuestra pertenencia a determinados sectores de la sociedad, Lorena, mujer bisexual, Salvadoreña, administradora de empresas, nos comenta: “Soy una mujer joven que trabaja desde los 17 años gracias a un título técnico, tengo un empleo formal, pero el reto de mantenerlo ha sido muy alto, he tenido que estudiar el doble que mis compañeros hombres para demostrar que merezco mi puesto, además nunca he sentido que mis conocimientos sean justamente pagados”.  Frente a esto, Génesis, dice: “Egresé de mi carrera hace 5 años, desde ese momento no he podido ejercer mi profesión”.

La Organización de Mujeres Salvadoreñas por la paz (ORMUSA), a través de su investigación, “Derechos laborales de personas LGBTI: historias de exclusión y resiliencia, explica; “La discriminación y exclusión hacia las personas LGBTI persisten en el ámbito laboral, las mujeres trans, son las más afectadas a razón de su orientación sexual e identidad de género. Además de problemas estrictamente laborales, como jornadas de trabajo prolongadas, desigualdad salarial, incumplimiento de pago, condiciones de seguridad laboral inadecuadas, también deben enfrentar burlas, acoso sexual, insultos, entre otras formas de violencia”. (ORMUSA), 2018) 

Según ORMUSA, debido a la exclusión que se vive en el mercado laboral, la mayoría de personas LGBTI, obtienen ingresos económicos desarrollando oficios o prácticas que no se encuentran reconocidas en las legislaciones laborales nacionales. ORMUSA, en el desarrollo de su investigación, plantea una interrogante importante, “¿A cuánto asciende la cantidad de personas LGBTI ocupadas en el sector informal de la economía?”, en El Salvador, al igual que en los demás países de Centroamérica, no hay respuestas claras, existen pocos estudios realizados sobre el tema, no se cuenta con información estatal actualizada, y la mayoría se basan en las historias de esta población frente a la realidad que viven. Génesis relata, “Se cree que las mujeres trans no tenemos la capacidad para dedicarnos a un trabajo formal, muchas veces estas ideas prejuiciosas, nos dejan como única opción, el trabajo sexual u oficios que no nos aseguran acceso a nuestros derechos fundamentales”.

Lorena, afirma: “Lograr encontrar un empleo digno, siendo una mujer joven, es un privilegio, recuerdo que en mis primeras experiencias laborales viví acoso sexual”. Es importante, igualmente, reconocer que estas situaciones de violencia afectan a las personas de maneras distintas, sobre todo cuando tu identidad se aleja de los modelos establecidos por la sociedad, ante este comentario, Génesis, recuerda que ella no ha logrado nunca  encontrar la oportunidad de desarrollarse profesionalmente en un trabajo formal, por las muestras de odio de la sociedad nicaragüense hacia mujeres trans, entonces, decidió emprender, Emprender y autoemplearnos es sin duda una gran estrategia para obtener autonomía y libertad financiera,  después de toda la violencia que he sobrellevado en la vida, no me miraba trabajando para nadie más, deseaba mi independencia, y fue mi interés por la moda lo que me llevó a crear un negocio”.

Victoria’s Fashion Shop es una tienda de ropa femenina ubicada en la ciudad de Masaya, propiedad de Génesis: “Es necesario encontrar algo que nos apasione, en lo personal el feminismo me ha permitido ver los cuerpos desde el respeto, esto me hizo soñar con un espacio seguro, donde las mujeres, más allá de comprar una prenda, se sintieran libres y abrazadas por nosotras”. El camino de Génesis no ha sido para nada sencillo, inició en 2018, vendiendo ropa al crédito, tenía muy pocas ganancias, pero de algún modo esto le permitió ahorrar, sin embargo, a medida que el proyecto avanzaba, ella enfrentaba nuevos retos, “No tenía idea de cómo manejar una tienda, tuve que pedir apoyo a personas con experiencia, me tome el tiempo de ir a cada mercado, cotizar, encontrar variedad. Decidí hacer un curso sobre administración para pequeños negocios, aprendí sobre contabilidad y me planteé objetivos posibles de alcanzar. Es fundamental tener claras tus prioridades, encontrar personas y recursos que puedan servir de apoyo, eso te hace saber hacia dónde querés ir, y, por lo tanto, perseverar en el logro de tus metas”.

A pesar de todas las dificultades, lo que Génesis imaginó durante tanto tiempo terminó por convertirse en realidad. “Tuve que renunciar y restringirme de muchas cosas, pero tener mi propio negocio me ha dado libertad y me permite vivir dignamente, sin estar constantemente expuesta al odio del mundo laboral y la sociedad en general”, contrariamente, Lorena, quien es responsable de la crianza de dos niñas, nos habla también de sus propias renuncias: “distribuir el tiempo es muy complicado, sobre todo, cuando deseas desarrollar modelos de crianza respetuosa, después de ocho horas en la oficina, llego a casa, muchos días no descanso bien, la maternidad implica estar al pendiente de todo cuando pasa es sus vidas, eso a veces me hace olvidar la mía propia, es necesario establecer límites, saber a  qué renuncias estás dispuesta y cuales otras son innegociables, en especial para las mujeres que maternamos, es importante reconocer que las responsabilidades deberían ser compartidas”.

En sus procesos, aunque marcados por factores bastante específicos, Génesis y Lorena aseguran que es muy importante su cercanía con otras mujeres, ambas explican que en momentos de dudas y desesperanza es necesario compartir emociones y recibir motivaciónLorena nos deja una importante reflexión, “no tenemos que poder solas con todo, a veces necesitamos una mano que nos sostenga, principalmente en situaciones donde nos sentimos vulnerables, acompañarnos entre mujeres, nos permite ser resilientes”. Ambas afirman, que el feminismo les ha permitido hacerles frente a los retos de forma más segura, Génesis, explica: “El feminismo me abrió los ojos, me hizo entender el poder de la autonomía, así mismo las reflexiones entre mujeres me permitieron crecer, construir un espacio libre de discriminación y crear estrategias para enfrentar la violencia”.

Las mujeres, históricamente, nos hemos organizado, para cuidar, aprender, sanar, reír y sostenernos, sabemos que cuando la juventud y el género cruzan nuestros cuerpos, nos ubicamos en condiciones críticas de inseguridad, no solo laboral, sino también de restricciones a otros muchos derechos; sin embargo, estamos seguras de que nos merecemos ocupar estos espacios, sin discriminación, ni violencia, y trabajar en colectividad acompañando a otras, desde nuestras memorias, es también una forma de aportar al cambio.

“Trabajar con pasión, perseverar y administrar de manera correcta, permiten que el camino hacia la autonomía sea menos difícil de transitar”. (Génesis Dávila)

Referencias utilizadas 

  • Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). (2022, May 3). El BCIE y la OEI presentaron el informe “Empleo juvenil y emprendimiento en América Latina y el Caribe”. Banco Centroamericano de Integración Económica. 
https://www.bcie.org/novedades/noticias/articulo/el-bcie-y-la-oei-presentaron-el-informe-empleo-juvenil-y-emprendimiento-en-america-latina-y-el-caribe
  • ASOCIACIÓN ORGANIZACIÓN DE MUJERES SALVADOREÑAS POR LA PAZ (ORMUSA). (2018). Derechos laborales de personas LGBTI: historias de exclusión y resiliencia. Jeannette Urquilla. 
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