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Alerta Raquel, en búsqueda de mujeres desaparecidas desde una organización feminista.

Alerta Raquel, en búsqueda de mujeres desaparecidas desde una organización feminista.

En este artículo compartimos la experiencia de acompañamiento y atención de la organización feminista juvenil Asociación de Mujeres Ixchel por la transformación social y cultural de El Salvador que atiende desde modelos centrados en el respeto de los derechos y la dignidad de las víctimas: mujeres que enfrentan violencia por desaparición forzada.

En El Salvador las desapariciones de personas son cotidianas. Cifras de la policía nacional civil dan cuenta del recibo de 2,035 avisos de personas desaparecidas en el período de enero a octubre de 2019, Es decir, que al menos siete personas desaparecieron cada día. De éstas, 676 eran mujeres, equivalente a 33%. Según reporta el Observatorio de Violencia contra las mujeres, el año 2020 cerró con 572 desaparecidas. Para 2021 se registraron 373 denuncias por mujeres desaparecidas de un total de 1,099 denuncias por este delito. (ORMUSA, 2021) 

Esta problemática afecta principalmente a las personas jóvenes: las adolescentes entre los 13 y 17 años son el principal grupo etario de mujeres desaparecidas. Cuando las mujeres desaparecen, a diferencia de los hombres, hay detrás la manifestación de un ciclo de violencia de género: agresiones sexuales, trata con fines de explotación sexual, violencia intrafamiliar y feminicidios.

Alerta Raquel, hace mucho que no están y aún las seguimos buscando

Alerta Raquel nace en el 2020 a partir de la desaparición forzada de una joven participante en espacios de formación política de la Asociación; Raquel Salazar, quien desapareció al ir a solicitar trabajo en un centro comercial.  

“Cuando Raquel desapareció muchas de nosotras les dijimos a las compañeras: si algún día yo desaparezco, lo que quiero es que acompañes a mi mamá.” (Elizondo, 2022)

Así, acompañaron a la madre de Raquel en su peregrinaje por las instancias operadoras de justicia para colocar la denuncia y garantizar que realizaran su rol de investigación. Hasta el día de hoy el caso de Raquel sigue impune. Verificar lo importante que es apoyar a los familiares, aunado al aumento significativo de mujeres desaparecidas, les ha llevado a continuar fortaleciendo el trabajo iniciado en esta primera experiencia. Hasta el mes de marzo 2022, han dado 226 alertas; de éstas, 15 niñas y adolescentes han sido encontradas vivas y 17 mujeres y un hombre joven han sido encontradas asesinadas. El resto continúan desaparecidas.

Se han propuesto hacer un registro de las desapariciones, generar alertas tempranas y oportunas, difundir la información en redes sociales y medios de comunicación. Llevar un seguimiento para registrar las que han sido encontradas con vida, sin vida y las que siguen desaparecidas. Realizar alianzas con otras organizaciones para fortalecer la atención jurídica y psicológica especializada y la difusión temprana de las alertas. Además de la elaboración de informes alternativos sobre la situación de las mujeres desaparecidas en El Salvador. 

Aquí nos centraremos en el acompañamiento brindado a los familiares de las desaparecidas y difusión de la información.

Captación, difusión, denuncia y registro de casos

Alerta Raquel difunde a través de medios virtuales la fotografía y los datos de niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas en El Salvador, a través de un monitoreo de redes sociales de casos publicados por personas cercanas a la víctima o a través de la comunicación directa de familiares. Llevan además un registro de los casos en la página web.

La primera pauta en la atención es comunicarse con la familia, asesorarla sobre los espacios donde deben colocar la denuncia. “Tenemos la experiencia que no se está garantizando el cumplimiento del Protocolo de Acción Urgente y estrategia de búsqueda de personas desaparecidas en El Salvador. En diversos casos que se atienden, hay que garantizar inclusive que las autoridades reciban la denuncia.” (Elizondo, 2022)

La comunicación con la familia permite recopilar la fecha de desaparición y datos biométricos (características físicas o conductuales de una persona, como huellas dactilares o imágenes faciales, que posteriormente permitan confirmar su identificación), entre otros. Posteriormente, se emiten avisos en redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram. Las voluntarias de la Alerta mantienen comunicación constante con las familias de las víctimas dando seguimiento al estado del caso, esto se sistematiza en una base de datos. 

Para brindar una atención integral han hecho alianzas con otras organizaciones de sociedad civil (OSC): Esto les permite referir a las familias de las víctimas a otros espacios que cuentan con mayores recursos, para que ellas puedan obtener asesoría legal, atención psicosocial y apoyo económico.

Las voluntarias reconocen la labor de las OSC que brindan apoyo a las personas familiares de las víctimas. Sin embargo, son críticas cuando enfocan su atención en una sola persona del grupo familiar, o mediatizan los casos ante la enorme exposición que le implica a las familias.

Acompañamiento humano donde la persona es la prioridad

Sobre el acompañamiento que brindan, Silvia Elizondo, fundadora de Alerta, explica:

“Desde la apuesta feminista el acompañar, lo hacemos bien diferente, cuidamos de no utilizar el tema, la dignidad y dolor de las víctimas, (…) cuidar de no exponer a las familias. El tema de las desapariciones forzadas en el caso de las mujeres atraviesa muchas violencias, muchas vienen acompañadas de agresiones sexuales”. (Elizondo, 2022)

Clave: abordar con las familias, la estigmatización social a las chavalas

Cuando una persona desaparece, por lo general, afloran los prejuicios sobre su persona, sobre todo, si es mujer. Es notable la estigmatización a la que es sometida la víctima de desaparición forzada en los espacios virtuales. Estos discursos provienen de visiones penalizadoras de la sexualidad de las mujeres, donde se les presenta como malas madres o mujeres sexualmente promiscuas que andan en busca de hombres, aun si éstas son niñas o adolescentes. Se enjuicia públicamente a la desaparecida y no se nombra a los agresores. 

En el peor de los casos, las desaparecidas son víctimas de feminicidio y aparecen los cuerpos con señas de violación y agresión sexual. En su gran mayoría, estos casos no concluyen con una investigación que permita a las familias saber que ocurrió con la mujer desaparecida o quienes fueron sus agresores.

El apoyo en salud mental y contención emocional es vital

En su mayoría, las involucradas en la búsqueda de las personas desaparecidas suelen ser las madres de las víctimas, quienes usualmente también son responsables del cuidado del grupo familiar. Todo esto les conlleva serias afectaciones a su salud mental y a su capacidad de sostenerse económicamente. Esta labor de acompañamiento y contención emocional se vuelve vital, sobre todo, cuando la Fiscalía no cumple con su rol de investigación y las familias se encuentran solas, realizando ellas las labores de investigación y exponiéndose. 

Alerta Raquel ha brindado acompañamiento a madres de víctimas en su denuncia sobre la inoperancia de la Fiscalía, la cual, además, desacredita a las víctimas. Así dan cuenta dos casos emblemáticos y altamente mediatizados como el de los hermanos Karen y Eduardo Guerrero o la futbolista lesbiana Jimena Ramírez, desaparecidas en 2021, y encontradas meses después sepultadas en fosas clandestinas. Estas víctimas fueron falsamente identificadas por la Fiscalía como traficantes de drogas y vinculadas a las pandillas. 

La madre de los hermanos Guerrero dio declaraciones ante la prensa desmintiendo a la Fiscalía y denunciando su inoperancia.

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En el caso de los hermanos Guerrero, acompañar a [la madre] implicó valorar con ella los riesgos sobre su propia vida. Ella nos decía que ya ella no tenía miedo, que ya no tenía nada que perder, entonces tocaba hacerle ver que su vida era valiosa.” (Elizondo, 2022)

El cuido, la seguridad y la empatía con las familias y la comunidad son vitales

En El Salvador las extorciones, los asesinatos y las desapariciones ubican como principales sospechosos a las maras o pandillas. Éstas suelen tener un alto control del territorio y asediar a sus habitantes, por ello, las familias tienen temor de denunciar pues se exponen al hacerlo.

“Como organización prevemos lo que puede venir ante una actividad de denuncia frente a los medios. Tenemos ese momento de reflexión antes de hacer la actividad, No se puede obligar a las familias a denunciar o a exponerse en los medios.” (Elizondo, 2022)

Acompañar desde la empatía y reconocer que las víctimas directas no son solo las afectadas es importante. Incluye la familia y la comunidad. En estos casos el duelo es permanente y la escucha es valiosa, por ello se debe partir del reconocimiento de lo que quieren las familias y las personas de la comunidad.

En el caso de las desapariciones forzadas, la víctima no es sólo la persona que está desaparecida; hay madres, padres, hijes y toda una comunidad. Es necesario el trabajo psicosocial enfocado a nivel individual, familiar y comunitario. Hay que trascender de las atenciones individuales”. (Raquel, 2022)

El acompañamiento grupal y colectivo, ha implicado desarrollar estrategias que colectivicen la esperanza entre los grupos familiares de las desaparecidas. Al cierre de año Alerta Raquel, en conjunto con el grupo musical Las Musas Desconectadas, crearon la Campaña Raquel “No dejaré de buscar con la intención de dar memoria y vida a las víctimas, retratarles con dignidad y recordarle a la sociedad que las desaparecidas son personas queridas.

Retos y dificultades

En estos dos años de trabajo, las compañeras reconocen grandes lecciones y aprendizajes, retos y dificultades en su labor. En primer lugar, se reconocen altamente expuestas a un contexto político donde diversos actores políticos deslegitiman y penalizan la labor de defensoría de derechos humanos. Las instituciones públicas funcionan bajo esquemas patriarcales, racistas y adulto céntricos. Por ello no pueden representar una apuesta para alcanzar la justicia para las mujeres. Es imperante plantear otros modelos de acceso a la justicia desde los movimientos de mujeres.

Hacen hincapié, además, en sus limitaciones como organización debido a los pocos recursos con los que cuentan, ya que han llegado a sentirse desbordadas por todas las tareas que les implican acompañar a cada caso. Por ejemplo, tienen una clara debilidad en la sistematización del registro de sus datos en el observatorio. Reconocen también, que en contextos de crisis permanente es importante que las organizaciones de defensoras retomen la construcción de espacios de cuidado colectivo, protección y medidas que garanticen su seguridad para resistir, cuidarse, no exponer la vida y tener un trabajo sostenible:

“Tenemos que reconocer nuestros límites, que éste es un trabajo que agota emocionalmente y que requiere también que brindemos un acompañamiento desde la ternura y la empatía.  Es algo que nos debemos”. (Raquel, 2022)


Trabajos citados

Elizondo, S. (28 de febrero de 2022). Entrevista semi estructurada sobre Alerta Raquel . (G. P. López, Entrevistador)

ORMUSA. (15 de marzo de 2021). Observatorio de seguridad ciudadana de las mujeres . Obtenido de Cifra de feminicidios se mantiene en los últimos dos años en El Salvador: https://observatorioseguridadciudadanadelasmujeres.org/cifra-de-feminicidios-se-mantiene-en-los-ultimos-dos-anos-en-el-salvador/

Raquel, M. P.-c. (28 de 2 de 2022). Entrevista Alerta Raquel . (G. Paz, Entrevistador)

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