Ejercicios de memoria y percepciones del presente, pasado y futuro en Centroamérica . Numa Dávila
«Escribo para grabar lo que otros borran cuando hablo, para escribir nuevamente los cuentos mal escritos acerca de mí, de ti. Para ser más íntima conmigo misma y contigo. Para descubrirme, preservarme, construirme, para lograr la autonomía»
Gloria Anzaldúa
A lo largo de los siglos y a pesar de vivir en un régimen patriarcal, colonial, racista y capitalista que ha intentado controlarlas y dominarlas, las mujeres en todos los tiempos han encontrado las formas de constituirse como sujetas políticas y sociales, y de resistir en la defensa de sus derechos y en la práctica de múltiples formas de autonomía que han construido y construyen individual y colectivamente.
No es posible imaginar transformaciones sin la fuerza de un pasado que las impulsa y los cuerpos que las materializan, es por ello que una de las apuestas políticas más fuertes de nuestro tiempo es la construcción de memoria histórica desde corporalidades que hemos sido despojadas de la posibilidad de tener una historia narrada desde nuestras propias voces.
Con el deseo de propiciar diálogos que desmantelen las fronteras y pongan en la cercanía las historias de mujeres diversas de Centroamérica, esta escritura se forma con el lenguaje de cuatro activistas y artistas centroamericanas con quienes reflexionamos sobre los avances y desafíos que perciben como mujeres en el presente, invocando a su vez, como en un ejercicio de memoria oral, a las mujeres que han abierto las posibilidades para las transformaciones estructurales y cotidianas de las que hoy somos parte.
«Antes que histérica(s), histórica(s)» Sara Hebe
Sabemos que las historias de las mujeres y disidencias sexo genéricas no pueden ser construidas desde las narrativas patriarcales de las naciones, pues bajo esos lentes pareciera que las luchas de las mujeres dentro o fuera de los feminismos son algo reciente y salido de la nada. Sin embargo, al calor de las luchas y los movimientos diversos reconocemos que los avances que tenemos hoy en día son resultado de procesos sostenidos por mujeres en múltiples territorios.
Para Day Sol, una artista feminista que trabaja en la creación de campañas para la prevención de la violencia en Nicaragua y quien por cuestiones de seguridad figurará bajo un seudónimo en este diálogo «claramente las nuevas generaciones venimos sobre una base que ya crearon nuestras antecesoras, por ejemplo avances que en estos días se podrían ver como algo elemental pero que incluso ni eso se tenía antes, por ejemplo el derecho a la educación, al divorcio, a poder planificar con métodos anticonceptivos, no había ciudadanía, no había derecho al voto» (D.S, comunicación personal, 11 de marzo de 2022)
Parte de la desmemoria que invisibiliza el accionar político de las mujeres, consiste precisamente en creer y decir que los poderes de las mujeres y sus luchas son algo nuevo que se ha puesto de moda, pues como observa Marcela Lara, ilustradora y diseñadora gráfica independiente, y parte de la banda musical Puras Mujeres, el nuevo ideal de mujer empoderada resulta peligroso pues oculta el hecho de que para la realidad de nuestros contextos han sido «las mujeres y madres solteras quienes siempre han tenido que sostener la mayoría de los hogares, entonces es un poco ridículo hablar ahora de esa “business women” como si fuera algo nuevo» (M. Lara, comunicación personal, 1 de marzo de 2022)
«El despertar de la conciencia de los derechos de las mujeres» Day Sol
«Todo esto, este trabajo de organizaciones que ya estamos formadas y lideradas por mujeres trans se las debemos a estas primeras mujeres que tuvieron el valor de decir hasta aquí, hasta aquí la opresión, hasta aquí la dictadura.»
Britany Castillo
Las mujeres en su diversidad experimentan diferentes tipos de violencias, y en ese sentido las mujeres trans en Centroamérica han luchado por abrir campo a su existencia como sujetas políticas y sociales frente a un cistema[1] que ha negado históricamente sus derechos. Desde la experiencia de Britany Castillo una activista transfeminista que forma parte de la asociación ASPIDH Arcoíris Trans y coordina el proyecto Centroamérica Diversa en El Salvador, es importante visibilizar las trayectorias de estas mujeres que iniciaron estas luchas pues «no es que ahora en pleno siglo veintiuno surgimos como mujeres trans, no, esta es una realidad que se vive desde hace muchos años y en esta lucha han sido asesinadas muchas compañeras, han migrado muchas compañeras, les ha tocado irse a refugiar a otros países por la violencia extrema que vivimos en estos países» (B. Castillo, comunicación personal, 11 de marzo de 2022)
[1] Utilizo la palabra cistema con C y no con S para hacer referencia a que es un régimen que privilegia y potencia las existencias de las personas cisgénero afirmándolas como normales, mientras que promueve la muerte y el exterminio de las existencias trans a través de considerarlas anormales y ejercer violencias estructurales sobre ellas.
La persecución y criminalización hacia las mujeres diversas en Centroamérica se intensifica de la mano del avance de los fundamentalismos religiosos en la región. Desde el marco de los derechos sexuales y (anti) reproductivos, podemos observar un reciente retroceso. Mientras en Colombia se despenaliza completamente el aborto hasta la semana veinticuatro de gestación, en Honduras está penalizada la venta, distribución e información sobre la pastilla de emergencia, también en Nicaragua después de que el aborto terapéutico estaba en ley desde hace más de cien años, pasó a ser criminalizado y penado en el 2006. Ni que hablar de Guatemala con el reciente archivado decreto 18-2022 que penalizaba el aborto espontáneo y prohibía la información sobre diversidad sexual, o la aún vigente iniciativa de ley de protección a la niñez contra los trastornos de la identidad de género 5940.
Desde la perspectiva de Day Sol «un gran reto que tiene la región entera es poder tener esa separación entre estado e iglesia, que las creencias de las personas dejen de cruzar el cuerpo de las mujeres, dejen de decidir por la sexualidad de las mujeres»
Aunque los marcos jurídicos nos afectan a todxs, estos no determinan las experiencias de todas las mujeres y tampoco son las únicas formas para comprender la realidad, en este sentido Ketzali Pérez una mujer artista maya poqomam que creció en Palín Escuintla Guatemala, y que actualmente trabaja en el medio digital feminista RUDA, señala que el tema del aborto «siempre ha estado dentro de las comunidades» (K. Pérez, comunicación personal, 3 de marzo de 2022), trayendo al diálogo otras experiencias y formas de relacionarse con este tema que desbordan los órdenes coloniales y capitalistas.
Para ella es importante ir debatiendo las miradas desde las experiencias de las mujeres indígenas, y en este sentido reflexiona sobre el racismo y sus implicaciones en la vida de mujeres de distintas generaciones de su familia.
«Creo que la generación de mis abuelas solo sabían que les tocaba una vida de la gran chingada por ser indígenas y en el chip estaba de que hay que hacer el doble, la generación de mi mamá fue algo más de cuestionar el racismo estatalmente y de crear órganos dentro del estado para que velen por los derechos de los pueblos, y yo lo veo más como cuestionar el racismo desde la parte más cotidiana, estas pequeñas cosas dentro del imaginario social que permean bastante y nos generan todavía muchos conflictos en la cotidianidad. También permitir nombrarse, que creo que durante estas dos generaciones anteriores se perdieron muchas identidades y ahora esta generación está mucho desde el nombrar, identificarse y reconocer esa historia que se pudo haber perdido»
Muchas cosas han pasado desde la época en que nuestras abuelas se criaron hasta hoy, y de ellas no podemos hacer generalizaciones porque cada uno de los avances que percibimos depende mucho de nuestra experiencia específica, de cuáles violencias nos atraviesan y de cuáles privilegios y accesos nos beneficiamos.
Sin embargo, todas enfrentamos retos que se vinculan con el Estado y también con los imaginarios sociales. Desde la perspectiva de Britany el principal desafío que enfrentan como mujeres trans en El Salvador es la aprobación de una ley de identidad de género que sería la puerta para acceder plenamente a sus derechos. Paralelamente considera necesario cambiar el imaginario colectivo y para ello «es importante trabajar también desde los territorios, porque las mujeres trans vivimos en los cantones, en las comunidades, las personas nos conocen, la mayoría de personas nos han visto crecer» así que las ideas ficticias de “lo tradicional” que defienden los sectores anti derechos están muy alejadas de nuestras realidades cotidianas donde se encarnan sus violencias.
En este politizar lo cotidiano para Marcela en Honduras «los grupos de personas trans y LGBT están super fuertes con talleres, conversatorios y hay como un estallido a nivel nacional dentro del arte, la poesía, lo político, de la expresión de los cuerpos, de cómo nos vestimos y cómo nos vamos sintiendo libres de expresarlo en un país donde te acosan tan heavy».
Parte de abrirse a esa diversidad también implica cuestionar las formas en que nosotrxs también reproducimos violencias al interior de los movimientos y hacia otrxs, en ese sentido Day Sol plantea que «la nueva apuesta de la juventud es tener una unidad en la diversidad, reconocer que somos diversas y que necesitamos escuchar todas las voces, cómo vive cada quien la violencia, porque no podemos atribuirnos discursos que no nos pertenecen y para ello tenemos que tener en cuenta a toda la diversidad que existe»
«Cada generación va a ir encontrando cómo ir deshilando e hilando»
Ketzali Pérez
Hoy en día sabemos que lo personal es político, y todas estas reflexiones y cuestionamientos nos colocan en un tiempo de redescubrimiento de las formas políticas y afectivas de relacionarnos colectivamente. Siguen siendo muchas las luchas que enfrentamos, como la recuperación de la libertad de expresión de las compañeras en Nicaragua, la despenalización del aborto, la defensa de la tierra, el reconocimiento de las identidades trans en el ejercicio pleno de sus derechos en El Salvador, Guatemala y en toda Centroamérica, y en general la erradicación de todas las formas de violencia en contra de niñas y mujeres en todos los territorios.
No obstante, como mujeres y personas diversas percibimos que algo se está rompiendo en el imaginario social en Centroamérica que genera posibilidades significativas para nuestras historias, por ejemplo, el hecho de que las mujeres estén inventando nuevas formas de ejercer su autonomía, politizando el cuerpo, el género y la sexualidad en los espacios públicos y movimientos sociales, que se estén construyendo espacios de confianza para denunciar las violencias, que las mujeres trans tengan acceso a un cambio de nombre acorde a su identidad de género, que exista una banda de música solo de mujeres en un país altamente machista, o simplemente que las mujeres sean amigas, amantes y amores. Todas ellas realidades inimaginables que la imaginación y la lucha sostenida de las mujeres, las han hecho posibles y materiales para nosotrxs hoy.
Referencias
Anzaldúa, G. (2017). Hablar en lenguas. Una carta a escritoras tercermundistas. Oaxaca, México: Fusilemos la Noche.