Por: Concha Armas
“Mi pareja vigilaba constantemente todos mis movimientos. Me exigía que compartiera mi ubicación y le informará en tiempo real sobre mis rutas y el traslado de un lugar a otro. Además, contactaba reiteradamente a mis amistades para monitorear los comentarios que yo hacía sobre nuestra relación, y difamarme con las personas de mis grupos cercanos.” –Antonia
Construir una relación de noviazgo y tener pareja, parece ir de la mano con las actualizaciones en redes sociales. En los últimos años, hemos normalizado algunos comportamientos en entornos digitales, como; compartir fotos al lado de nuestras parejas, permitirles a nuestros novios y novias conocer nuestra ubicación (disfrazado de un “quiero saber que estés a salvo), e incluso intercambiar las contraseñas de nuestras redes sociales, pero a veces todos estos compartimiento traen consigo un forma muy peligrosa de violencia.
Jazmín, comunicadora social y experta en seguridad digital comentá; “Lo primero que debemos entender es que muchas veces construimos relaciones basadas en lo que aprendimos que estaba bien, y esto nos lleva a tomar como normales acciones y comportamientos que no son correctos, uno de los primeros límites que debe existir en el noviazgo es que el amor no se trata de vigilar, ni de perder tu libertad”.
El amor en tiempos digitales: ¿Por qué normalizamos la violencia?
A pesar del trabajo de muchas organizaciones y colectivas feministas, los medios de comunicación, la publicidad y las misma redes sociales, continúan difundiendo y defendiendo la idea del amor romántico, es decir, relaciones afectivas que en nombre del amor pueden soportarlo todo, y por supuesto esto incluye justificar conductas violentas.
La tecnología es una herramienta que facilita muchas dinámicas sociales, pero si no se tiene el debido cuidado puede facilitar también las demostraciones de control, por ejemplo, cosas tan sencillas como el visto por última vez, el doble check azul en nuestros mensajes, o las apps que permiten compartir tu ubicación durante todo el día, pueden convertirse en herramientas de vigilancia dentro de una relación de noviazgo.
“Mi ex novia me pedía siempre mis contraseñas de redes sociales, revisaba mis mensajes y llamadas, llegó incluso a crear duplicados de mis aplicaciones de mensajería para ofender a mis amistades y vigilarme, me pedía que eliminara a mis amigas y amigos de redes sociales e incluso llegó a establecer tiempos específicos para que yo usara el celular.” -Patricia

Las prácticas cotidianas de violencia digital, se disfrazan muchas veces de preocupación o amor y terminan haciéndonos ver como algo natural que nuestras parejas tengan acceso a nuestros celulares e información privada. Nos hacen creer que si no tenemos nada que ocultar, no deberíamos molestarnos frente a estas acciones rutinarias de control.
Ante esta realidad Jazmín explica; “La privacidad es un derecho, específicamente en el área digital existe un concepto llamado “Derecho a la privacidad digital”, y se refiere a la capacidad de las personas para controlar y proteger su información personal cuando están en línea, e implica la libertad de decidir qué datos se comparten, con quién y cómo se utilizan, tener privacidad no significa estar haciendo algo malo, es nuestro derecho y tenemos que exigirlo, aún en nuestras relaciones personales”.
El control digital puede convertirse en algo más peligroso
“Hace tres años tuve una relación con un hombre, un día salí con unas amigas y como llegué un poco más tarde de lo acordado cerró la puerta de la casa con llave y me dejó durmiendo en la calle, era muy violento. Cuando intenté terminar esa relación él se molestó, comenzó a amenazarme, me dijo que si lo dejaba iba a publicar mis fotos íntimas.” -Sarahí
Cuando alguien empieza a controlar tu celular, pedir tus contraseñas, exigir tu ubicación, revisar tus conversaciones o tus fotos, lo que está haciendo es acumular poder sobre vos, y cuando una relación se basa en ese desequilibrio, es más probable que se intensifiquen las conductas violentas. La acumulación de poder, le da al agresor la capacidad para amenazar, una de las muestras de chantaje más comunes, es la de publicar fotos o videos íntimos sin consentimiento, esta práctica es conocida popularmente como porno venganza. (Observatorio Nacional de Tecnología y Seguridad, (ONTSI) & Velasco, 2022)
Jazmín nos dice, “La porno venganza es una acción que vulnera especificamente el derecho a la privacidad, y ocaciona un delito grave, la violencia sexual digital o difusión no consentida de contenido íntimo, es compartir (o amenaza con compartir) fotos o videos íntimos de una persona sin su permiso, para causar un daño emocional, social o incluso económico y no solo atenta contra la privacidad, sino que genera una exposición públicamente, dejando a la víctima vulnerable a comentarios crueles, burlas, acoso e incluso amenazas.”
La porno venganza es un problema, según un informe de PrivacyRadar, una encuesta de la Cyber Civil Rights Initiative revela que el 51.7 % de las personas afectadas por pornovenganza en el mundo, han intentado suicidarse. (PrivacyRadar, 2025)
Ante este hecho Jazmín comparte, “Es importante entender que compartir material íntimo sin consentimiento es violencia sexual, lo que constituye ya delito en muchas legislaciones de Centroamerica.”
¿Qué podés hacer si vivís violencia digital durante el noviazgo o una relación de pareja?
La violencia digital dentro del noviazgo se ejerce de manera cotidiana y se va normalizando poco a poco, por lo que reconocer, superar y abandonar esas relaciones se vuelve muy complicado.
Para Jazmín hay algunas estrategias que nos pueden ayudar a vivir noviazgos más seguros y felices:
- Poné límites claros: Si no querés hacer o compartir alguna información decilo, la privacidad es un derecho.
- Contraseñas: Tus contraseñas son solo para vos, no tenés que compartirlas. Evita escribirlas en libretas, diarios, o hojas de papel sueltas, es preferible que uses un gestor de contraseñas como Bitwarden. Te sugerimos usar contraseñas largas y complejas de más de 10 caracteres donde incluyas letras, números y símbolos, y nunca usar la misma para todas tus redes sociales. Para revisar que tan segura es tu contraseña podés ingresar a Segurity.org.
- Si decidís enviar fotos o videos íntimos, hacelo porque vos querés, nunca por presión. Trata de activar las actualizaciones de las apps que evitan guardar automáticamente las imágenes, tomarles capturas de pantalla o compartirlas. Podés intentar usar aplicaciones de mensajería más seguras como Signal. Si compartís algún dispositivo con tu novia o novio donde guardas este material, como las computadoras, podés intentar crear carpetas privadas con contraseña, a través de VeraCryp.
- Conoce tus derechos, en muchos países de Centroamérica ya hay leyes que sancionan la difusión no consentida de contenido íntimo.
- Silencia o bloquea si es necesario: Si alguien te acosa digitalmente, no tengas miedo de usar estas herramientas, incluso si es alguien conocido o tu ex pareja.
- Buscá apoyo: Comentale lo que estás viviendo a tus familiares y amistades.
- Guardá evidencia. Si la situación escala, tener capturas o mensajes puede ayudarte.
- Pedí ayuda profesional: Contacta con un psicólogo si esta situación afecta tu salud emocional, con asesores legales para conocer tus opciones juridicas, y en línea podes encontrar grupos especializados en violencia digital que te pueden orientar. Podrías revisar en línea el trabajo de organizaciones y colectivas que trabajan este tema y escribirles:
- Guatemala: Asociación Gente Positiva / Plataforma “No más violencia digital”
- El Salvador: Organización de Mujeres por la Paz (ORMUSA)
- Honduras: Centro de Derechos de Mujeres (CDM)
- Nicaragua: Acuerpadas, Las Subversivas , Las Malcriadas
- Costa Rica: Fundación Acceso
- México: Luchadoras (México)
- Latinoamérica: Derechos digitales (LatAm)
“Superar la violencia digital me llevo mucho tiempo, lo primero que hice fue huir de esa relación tóxica, agradezco tener redes de apoyo, familias y amigas que me ayudaron a enfrentar la violencia y todo lo que sentía.” -Patricia
Dejar de normalizar el control digital en el noviazgo es importante. Es necesario aprender a construir vínculos, desde la confianza, la comunicación asertiva, los acuerdos mutuos, el respeto hacia el espacio personal, el consentimiento y la libertad.
Reflexionemos y utilicemos las redes sociales y la tecnología para acercarnos, no para vigilarnos, cuestionemos siempre todas las ideas que hemos aprendido sobre el amor, porque el amor no tiene porque hacernos daño, y la próxima vez que escuches a tu pareja pidiendo tu contraseña, o tu ubicación, recorda que tu privacidad no es negociable, y que para construir una relación sana con otra persona, es necesario amarse primero una misma y establecer límites claros.