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Los Derechos Humanos no se pierden cruzando fronteras

Los Derechos Humanos no se pierden cruzando fronteras

Los Derechos Humanos no se pierden cruzando fronteras

Por: Maggi Dávila

Detrás de cada historia de migración hay una serie de razones que esa persona evaluó para decidir irse. Con 30 años, madre autónoma de un niño de 11 y viviendo a miles de kilómetros de su patria Nicaragua, Amanda cuenta su historia de migración forzada gracias a la persecución política que comenzó de manera intensa en el mes de agosto del año 2022.

La decisión de migrar fue por la acumulación de amenazas por parte de los simpatizantes del gobierno dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Amenazas por correo electrónico, mensajes de textos, envío de fotografías, persecución y acoso. 

“Fue una decisión bien difícil y complicada porque tengo un fuerte arraigo con Nicaragua. La decisión se dio porque prácticamente me obligaron, me forzaron, fue la única opción que tenía salir del país, y pues para proteger más que todo a mi hijo, porque ya no soy sola” cuenta Amanda. 

Un viaje sin retorno
“Yo agarraba un bus a la orilla de mi casa y me dejaba a la orilla del trabajo, o sea no me desviaba para ningún otro lado, pero un día ya salí un poquito más tarde, como media hora más tarde y ya cuando iba a agarrar el bus, alguien me agarró y me dijo ´seguí caminando maldita golpista´, y me agarró bien fuerte. Ese fue mi punto de no retorno, me aislé en la casa, yo no salía ni a los cumpleaños de mis sobrinos”, relata Amanda.

En su relato también expresa lo difícil que fue explicarle a su hijo que ya no podía seguir yendo a la escuela, sin darle tiempo para despedirse. Fue un cambio abrupto para los dos y para toda la familia, pero una vez tomada la decisión, comenzó el viaje. 

“Viajamos hasta Guatemala porque nosotros podemos viajar solo con el documento de identidad hasta Guatemala de forma legal. Nos reunimos un grupo igual de nicaragüenses y empezamos la travesía hacia México. En México no nos fue tan mal, no me puedo quejar porque no viví situaciones de peligro, exceptuando que nos agarró la Policía Federal de México y solo fue extorsión”.

Durante el viaje que emprendió con su hijo hacia Estados Unidos estuvo acompañada por personas que en el transcurso del camino le tendieron la mano, hasta encontrarse con los agentes de inmigración y entregarse en la frontera. “Nosotros no pasamos mucho tiempo, quizás porque venía con un niño. Lo más que pasamos fueron dos noches pero porque era fin de semana. Siempre con comida, no comida de lujo tampoco, porque uno tiene que entender que son millones de migrantes los que venimos entonces hacen lo que se puede, pero a los niños sí les daban una muy buena alimentación”.

Para Amanda, como para muchas otras mujeres que son madres, la fuerza principal, su motor de antes y de ahora siempre ha sido su hijo. “Yo decidí traerlo porque si lo dejaba en Nicaragua me iban a seguir molestando porque él estaba en Nicaragua, entonces migro yo migra él, nos venimos juntos, ese fue mi mayor motor y lo sigue siendo”. 

Carolina Ibañez, experta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), explica en una entrevista para el podcast El Hilo, que muchos de los reportes internacionales de inmigración hablan de los migrantes como un grupo homogéneo, no separan a los hombres de las mujeres, así que no hay información específica sobre ellas. Siendo este uno de los principales problemas porque las mujeres representan casi la mitad de la población migrante en la región.

Históricamente se ha estudiado más al hombre como protagonista de la migración y a las mujeres como acompañantes, cuando ellas también son protagonistas de la historia. Se puede decir que a nivel de historia lo que se conoce es la mitad de la historia de la migración.

¿Cuáles son las principales violaciones a los derechos humanos que enfrentan las personas migrantes durante su trayecto o al llegar a su destino?

Elizabeth Villarreal, activista feminista y defensora de derechos humanos explica que durante el trayecto, las personas se enfrentan a explotación, a estafa, son propensas y propensos a caer en redes de trata de personas, violencia sexual, y viven en condiciones totalmente inhumanas. 

“Existe una situación alarmante a nivel regional que es conocida y denunciada, pero que también vemos con gran preocupación el tema de todos estos tratados migratorios, como los Estados se han aliado para frenar la migración de una manera totalmente deshumanizada, el hecho de solo crear un muro cree que va a frenar la migración sin entender que los flujos migratorios van a seguir siendo constantes porque son parte de la historia”, enfatiza.

Las mujeres migrantes sufren de una doble vulnerabilidad que se visualiza en la discriminacón y la violencia. Según Carolina Ibañez de la OIT, “hay un continuo de violencia desde el inicio, cuando salen en los pasos fronterizos, no es la misma situación de un hombre migrante que una mujer migrante. Hay muchos procesos de abuso sexual, de extorción, incluso son victimas principales de trata de personas y luego en el proceso de insertarse laboralmente tienen mas probabilidad de acoso en la calle, en el trabajo, acoso sexual.” 

¿Por qué es importante enfatizar que las personas migrantes, independientemente de su estatus legal, son sujetos de derechos?

“Las personas migrantes son sujetas de derechos, principalmente porque nuestra humanidad no está condicionada por un papel, un estatus. El hecho también de ser migrante no quita los derechos fundamentales como la vida, la salud, la dignidad. Reconocer esto también es esencial para garantizar las leyes y políticas inclusivas y no sigamos perpetuando esa desigualdad de las violencias institucionales, sociales, también comunitarias porque principalmente nadie pierde su humanidad al cruzar la frontera, la traemos con nosotras. Los Derechos Humanos son inherentes a todas las personas sin condicionarlos por el estatus legal”,  Elizabeth Villarreal, activista feminista y defensora de derechos humanos.

Es necesario un despertar de la conciencia, que empiece por la compresión, cuando la sociedad en general entiende qué implica migrar se puede generar empatía, lo que contribuye a derribar muchos de los prejuicios que se tiene en contra de las y los migrantes. Es importante empezar a trabajar en la construcción de sociedades más inclusivas, más humanas, más cercanas. “Es crucial que la sociedad en general tome conciencia de los derechos humanos, porque (es más difícil avanzar) en sociedades desinformadas, que no entienden que existe una transversalidad de derechos humanos que abarcan a la persona migrante”, comenta Elizabeth Villarreal.  

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Experiencia de Resiliencia y metas por cumplir

Para Amanda, una palabra que define como migrante es la FUERZA, porque no es fácil dejar todo atrás, empezar desde cero en un lugar donde no tenés a nadie. No es fácil, y evidentemente hay una ruptura emocional, social, un desarraigo que también sería importante empezar a visibilizar y comenzar a trabajar.  

“Empezar una nueva vida en un país que no conoces y la barrera del idioma que es bastante difícil, pero todos podemos salir adelante, al final el idioma se aprende… una de las metas que tengo es llegar a convalidar mi carrera aquí. Estados Unidos me retribuye aquí lo que Nicaragua me quitó, y no Nicaragua, el gobierno de Nicaragua, entonces estoy trabajando en algo similar a mi carrera, la meta es seguir creciendo porque al país uno no puede volver, con lo que me pasó es muy difícil pensar en un retorno”, afirma Amanda. 

Para ella es importante seguir creciendo, seguir haciendo las cosas bien y el pensar que “todos lo vamos a lograr, a como dicen, no el sueño americano quizás, pero sí tener una estabilidad, tener una seguridad y libertad de expresión que en el país de uno pues no la puede tener”. 

Los derechos humanos de las personas migrantes NO DEPENDEN de la forma en la que cruzaron la frontera. La dignidad y humanidad no está condicionada por un papel o la forma de migrar. Legalmente los países están en la obligación de proteger a todas las personas que habitan sus territorios sin importar su nacionalidad o situación migratoria. Éticamente la empatía y la solidaridad deben guiar las políticas públicas y especialmente en contextos de crisis, es un acto de justicia social. 

Si estás atravesando una situación similar a la de Amanda o planeas migrar, te invitamos a descargar la app Migrante. Esta herramienta ofrece información clave sobre los países de acogida, ayudándote a emprender un viaje más seguro e informado. Este artículo es una producción conjunta de Miradas MoradasDKY, y Puntos de Encuentro, desarrollado en el marco de la campaña Voces Migrantes

NADIE ES ILEGAL.

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