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Las corporalidades gordas en el deporte

Las corporalidades gordas en el deporte


«He pasado años escuchando que todos mis problemas se deben a que soy gorda. Si no le gusto a alguien, es por gorda. Si no tengo grupos de trabajo en la Universidad, es por gorda. Si pasa un grupo de 5 personas riéndose al lado mío, se van riendo de mí porque soy gorda. Los comentarios de la gente crearon esa constante en mi cabeza y una ansiedad con la que me cuesta lidiar. Al final del día me doy cuenta que yo no soy el problema.»

Por Zaid

Nuestras sociedades modernas definieron la corporeidad simbólica de lo que significa: lo delgado y lo gordo, dictando que el cuerpo denominado gordo solo merece habitar el escondite y la vergüenza y construyendo un mundo a la medida de ese cuerpo denominado delgado. Pero hay cuerpxs que se rehúsan a habitar la vergüenza y dejar que otros decidan sobre su placer.

La colonización de nuestros territorios y culturas nos dejó algo claro: el color, la forma, las representaciones y las capacidades de un cuerpx definen su lugar en el mundo, clasificando cuerpxs que importan y cuerpxs que no importan, cuerpxs de valor y cuerpxs descartables.

Alexa Avelar es una mujer salvadoreña ex miembra de la Federación Salvadoreña de balonmano, que durante toda su adolescencia y adultez ha vivido hostigamiento por el tamaño de su cuerpo. “De mis 10 a mis 13 años fue cuando más viví experiencias de aislamiento en mis círculos sociales, pero en ese momento yo no entendía por qué, yo me veía y me sentía como una niña más. Yo miraba a mi papá, era nalgón, miraba a mi hermana, era nalgona, entonces yo decía “¿Qué tengo mal yo?”»

Conoció el balonmano a sus 13 años en el colegio en el que estudiaba. Comenzó como portera y más adelante, inspirada por otra compañera que jugaba en el mismo equipo, se atrevió a jugar en una posición en cancha. Por el tamaño de su cuerpo en relación al de sus compañeras, sus entrenadores de ese momento enseguida le designaron la posición del Pivote, a lo cual Alexa aceptó y se propuso ser la mejor pivote del equipo.

El balonmano planteó a Alexa desafíos que poco tenían que ver con las exigencias deportivas, especialmente enfrentar el debate público que rodea la presencia de un cuerpo gordo en deportes de alto rendimiento y los castigos que se imponen sobre estos cuerpos al no responder a normas estéticas heteropatriarcales y racistas.

Crecemos con el mito de que las personas gordas son gente con hábitos condenables, que merecen castigos e incluso, que cuando se atreven a existir sin vergüenza (aún más en redes sociales) promueven estilos de vida insanos. 

Como atleta, Alexa llegó a enfrentar comentarios como “No hagas esa flexión porque vos estás muy gorda”, o “vos porque estás gorda vas a correr dos vueltas y vas a trabajar con más peso”. Estas decisiones cargadas de violencia por parte de hombres cisheterosexuales en cargos de poder, se tradujo en problemas de autoestima, de auto-percepción, ansiedad e incluso una mala relación con la comida.

«No entendía qué querían, no entendía qué más podía hacer yo, tenía hambre. Nada me saciaba y nadie me preguntaba si estaba bien (…)» Comenta Alexa, ahora con 25 años.

Sin embargo, ignoran completamente que ser gordx no define las capacidades de la persona. Alexa ha sido una de las atletas más destacadas y con mayor efectividad en su juego durante todos los años participando en equipos nacionales de balonmano, incluso, llegando a ser reconocida a nivel centroamericano. He tenido la dicha de presenciar el espectáculo que tiene el recorrido potente de un tiro de Alexa. Fuerza, velocidad y estrategia hacen que su juego sea indetenible y al menos 8 de 10 tiros terminen en un gol.

«Llegué a ser capitana del equipo para una competición en 2019 y recuerdo que en ese entonces todas las jugadas iniciaban o terminaban conmigo. Equipos de otros países pedían las grabaciones de los partidos para volver a ver cómo yo jugaba porque no me podían parar.» Recuerda Alexa, quien ahora cursa Licenciatura en Ciencias Jurídicas.

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Alexa siempre cumplió con las exigencias del deporte, incluso cuando sobre su cuerpo se imponían exigencias más violentas que sobre jugadoras con cuerpos delgados. Pese a su ya demostrada efectividad en la cancha, parece que siempre se asumen a las corporalidades gordas como cuerpos enfermos, vagos, indisciplinados y cuerpos que, sea como sea, tienen que adelgazar.

Previo a competencias en otros países centroamericanos, Alexa se vio obligada a cumplir con mandatos en la báscula que ponían en riesgo su salud mental y su salud física, y no es sorpresa que estas violencias en el espacio deportivo fueran ejercidas por un hombre que cumplía un rol de entrenador sin entender la diversidad corporal.

Para Alexa, practicar balonmano ha sido fundamental para habitar su cuerpo desde el placer y la ternura. Un cuerpo que le permite vivir plenamente: viajar, compartir la vida con sus 9 perros y disfrutar de la comida.

Las experiencias de Alexa, marcan un mapa de vida en el que el mundo responsabiliza a la persona de problemas estructurales. Sin embargo hay muchxs cuerpxs que no estamos dispuestes a caber en sus concepciones y seguiremos tomando los espacios sin vergüenza y sin permiso.

«En este punto de mi vida me quiero, me respeto y me cuido. Y si voy a seguir siendo talla 20, voy a seguir siendo talla 20. Pero este cuerpo no me va a limitar a vivir, es el único cuerpo que tengo. Una vez hablando con mi psicólogo le dije que entraba a un lugar y sentía que todo el mundo me volvía a ver. Él me dijo: “es que naciste para brillar.”»

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