Cartografías feministas: dibujar mapas para repensar el espacio que habitamos

¿Qué cuentan los mapas cuando los dibuja el poder? Selene Yang y Geochicas los reescriben desde el feminismo, revelando lo que la cartografía tradicional ocultó y trazando rutas que transforman el espacio en memoria, resistencia y cuidado colectivo

Selene Yang/Fotografia por Alma Regnel

De niña le fascinaban la historia y la geografía. De grande la curiosidad y el activismo la llevaron a mapear desde una perspectiva feminista. “No se trata solo de dibujar ríos o calles; se trata de representar lo que falta, lo que se oculta, y hacerlo de manera ética, participativa y crítica”.  Los mapas tradicionales han sido históricamente instrumentos de conquista y control. “Se diseñan para delimitar hasta dónde llegaba mi tierra y quiénes podían habitarla, ignorando a quienes ya estaban allí”. Comenta  Selene, cofundadora de la colectiva Geochicas

Su trayectoria la llevó por la comunicación social, el software libre y la investigación colaborativa.  En Argentina trabajando en sistemas de alerta temprana para colectivas migrantes, descubrió Open Street Map y conoció a Céline Chacan y Miriam González, con quienes fundó Geochicas, una red que hoy reúne a más de 300 mujeres en 30 países, donde han realizado más de 12 proyectos. GEOCHICAS- Un viaje de ocho años.

La cartografía es el arte y la ciencia de dibujar mapas para orientarnos y conocer mejor el mundo.

Selene, ha dedicado años a construir mapas que no solo representan territorios, sino también memorias, resistencias y experiencias invisibilizadas en los relatos tradicionales del espacio. “Es una forma de cuestionar cómo se construyen los espacios desde visiones históricamente masculinas y de poder.” explica.

Las calles con nombres femeninos son una minoría significativa en muchas urbes latinoamericanas. Esa invisibilidad simbólica del género femenino en el espacio público es precisamente uno de los puntos que las cartografías feministas buscan visibilizar, cuestionar y transformar.

La cartografía feminista también es memoria. Es una forma de registrar experiencias, emociones y vínculos con los lugares, como lo plantea la topofilia: la conexión afectiva con los espacios cargados de historia y afecto. Mapear es, entonces, un acto de cuidado, de resistencia y de visibilización de quienes históricamente han sido desplazadas de la representación del territorio. Movilizaciones 8M 2025-Atlas de los movimientos feministas.  

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El trabajo colectivo

Mapear desde una perspectiva feminista significa para Selene trabajar en colectivo y pensar en la colaboración como núcleo del proyecto. Cada mapa refleja múltiples voces, experiencias y puntos de vista: desde cartografías de feminicidios hasta mapeos de espacios de resistencia cultural, pasando por el seguimiento de acciones del 8M a nivel global. “Si no hay un sostén colectivo, es difícil llevar estos proyectos. Compartir el trabajo y el dolor que generan ciertos temas nos permite sostenernos y transformarnos juntas”, comenta.

Selene Yang nos recuerda que mapear con perspectiva feminista es repensar lo que creemos dado. Es cuestionar la autoridad de los mapas tradicionales y abrir la posibilidad de crear representaciones que incluyan, escuchen y transformen. Cada proyecto, cada línea y cada punto es un gesto de resistencia y un llamado a mirar los espacios que habitamos con otros ojos: los ojos de la ética, la colaboración y la memoria colectiva.

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