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Construcciones LGBT; entre la violencia y la resistencia colectiva. 

Día del Orgullo

“Nací en la capital, un día como cualquier otro, muy soleado y caluroso. Todos pensaban que ya tenía la vida resuelta; sería una niña bonita, iba a crecer, estudiar, casarme y ser feliz para siempre, pero en la vida no todo es como esperamos.”

Chrissh Rodríguez 

Centroamérica, igual que el resto del mundo, conmemora el 28 de junio de cada año, el día del orgullo LGBT. Esta fecha adquirió visibilidad en países como Guatemala y El Salvador, a partir de 1997, logrando, luego, reconocimiento en toda la región.  No obstante, este es el producto de décadas de trabajo organizado y esfuerzos colectivos, por parte del movimiento de personas diversas, esfuerzos que hasta el día de hoy siguen firmes y presentes en una región como la nuestra, atravesada por la desigualdad y la violencia, construida sobre prejuicios que invisibilizan todas aquellas experiencias de quienes nos fugamos de las normas sociales construidas alrededor del género, siendo un conjunto de ideas sobre los procesos de educación y socialización que vivimos las personas, según se nos identifica como hombres o mujeres, usualmente a partir de nuestros genitales. Es por eso, que en este día y durante todo el año, las personas LGBT realizamos incidencia y recordamos que nadie debería sentir vergüenza de ser quien es. 

“Dicen que la curiosidad mató al gato.  A los 14 años, mamá decidió revisar mi celular, entonces descubrió que su hija era lesbiana, y yo tuve que aprender a sobrevivir desde el miedo”. Chrissh es una persona no binaria nicaragüense, binario es alguien que no se identifica estrictamente como hombre o mujer, se nombra con pronombres masculinos y femeninos, vive con discapacidad visual, y es estudiante de comunicación social: “En esos años la vida dolía, mamá decía que yo era un monstruo, me marcaba la piel a golpes, para que no olvidara que merecía un castigo por ser quien era.”. Recuerda Chrissh Rodríguez, en una entrevista del 30 de junio de 2023, realizada para la redacción del presente artículo

Al igual que Chrissh, la mayoría de personas LGBT viven en un contexto de miedo y rechazo debido a su orientación sexual e identidad de género. Es importante entender que la orientación sexual se refiere a la atracción romántica, sexual o emocional que una persona siente hacia otras personas, mientras que la identidad de género se refiere a cómo una persona se percibe y se identifica en relación con su género. Tal como relata Crissh, las personas que nos relacionamos desde ahí, vivimos humillaciones, discriminación y muestras de odio que van desde la violencia física, hasta la muerte, limitaciones que cobran mayor fuerza, a medida que nos alejamos más de la idea de belleza y “normalidad”, que la sociedad tiene sobre los cuerpos. 

Frente a esta reflexión, Chrissh Rodriguez continúa diciendo; “Soy una persona  abiertamente LGBT, y también vivo con discapacidad visual, cuando tenía un año, enferme, en el hospital, durante una revisión, dejaron caer ácido sobre mis ojos y perdí la vista casi por completo, mi historia de vida me ha llevado a enfrentar una doble exclusión, la sociedad cree que las personas con discapacidad ni siquiera tenemos deseos eróticos o afectivos, por tanto, invalidan nuestras orientaciones sexuales e identidades”. Las palabras de Chrissh, tienen un vínculo muy íntimo con la opinión que Carlos Lara, hombre gay-queer, afro salvadoreño, pintor y profesor de idiomas, plantea ante el tema; “Soy un hombre gay y afrodescendiente, lo que me expone a una doble discriminación, homofobia y racismo. En El Salvador, específicamente, las personas afrodescendientes no somos reconocidas en la Constitución Política, por lo que las vulneraciones que vivimos son invisibilizadas en todo el país”.

Lo anterior, nos permite reconocer la interseccionalidad dentro de las vivencias colectivas LGBT. Interseccionalidad es un concepto que nos ayuda a entender cómo diferentes aspectos de nuestra identidad y nuestro contexto social; género, raza, discapacidad, origen, nivel educativo, entre otros, pueden influir en la forma en que experimentamos la opresión o el privilegio. Según Kimberlé Crenshaw, este enfoque nos ayuda a comprender que las experiencias y luchas no se pueden separar de nuestros múltiples aspectos de identidad y nos invita a considerar la manera en que estos factores interactúan y se entrelazan en la cotidianidad. Cada persona enfrenta diferentes formas de opresión o tiene diferentes ventajas debido a la combinación de estos factores sociales. Por ejemplo, Chrissh, que se identifica como una persona no binaria, lesbiana, con discapacidad visual, joven, y además estudiante, experimenta según su propio reconocimiento; opresión, tanto por su orientación sexual e identidad de género, así como la discapacidad con la que vive, que le plantea retos para acceder a espacios de socialización.   

Desde las vivencias de Chrissh, logramos entender mejor cómo funciona esta teoría, nos dice:  “Me siento excluida de la mayoría de espacios que visito, la sociedad no fue diseñada pensando en las personas con discapacidad. Al día de hoy nunca he logrado encontrar un trabajo que me permita tener condiciones de vida digna, una vez en una empresa me dijeron que ellos no contrataban a personas ciegas, que hacer cambios de infraestructura era muy costoso e innecesarios, además me especificaron que les gustaba trabajar con gente “normal”, refiriéndose a mi visible expresión LGBT”, a partir de este ejemplo, es importante reflexionar si nuestras demandas como movimientos sociales y defensorías de derechos, representan a todas las voces LGBT.

Biena Alejandra Yoc Chitay, mujer trans indígena Kaqchikel de Guatemala, nacida en San Diego Zacapa nos deja la siguiente reflexión; “repensar nuestras demandas, es primordial, significa analizar cómo gestionar beneficios para todas las personas de nuestro colectivo“, no basta entonces, por ejemplo, con un cupo laboral LGBT en la región, desde el ejemplo de Chrissh, sabemos que también es necesario crear condiciones jurídicas que validen el respeto a nuestras expresiones y que permitan que el sector público y privado cuenten con los recursos para que personas con discapacidad puedan acceder a estos puestos laborales. 

La historia de Chrissh, nos recuerda la importancia de acceder a derechos que nos permitan vivir con libertad y dignidad, Carlos Lara, frente a esto, comenta: “yo cuento con los recursos necesarios para vivir, tuve la oportunidad de terminar una carrera universitaria, pero, muchas personas LGBT que como yo enfrentan múltiples violencias, no tienen condiciones que les aseguren una vida digna, afuera hay otras realidades”. Es imprescindible, entonces, para el colectivo LGBT, crear estrategias contra la violencia y carencias que vivimos, acciones específicas y reales que se puedan aplicar en nuestros contextos, Josué Canú Granados, persona no binaria guatemalteca, maya kaqchikel, con discapacidad visual, nos propone; “iniciemos por reconocer con los grupos y organizaciones de la sociedad civil, los mecanismos con los que contamos para nuestra protección y defensa. Es importante crear redes de apoyo, que permitan que nuestras voces sean escuchadas desde la empatía”.

En este sentido, podemos afirmar que la empatía, es el inicio de un camino que nos puede permitir comprender las necesidades de otras y otros, Chrissh explica: “No todas las personas experimentamos el mundo de la misma manera, tenemos formas diferentes de aprender y comunicarnos. El trabajo colectivo debe abrir propuestas de cambio y mejora frente a nuestras identidades, las personas LGBT con discapacidad exigimos un movimiento que cree acciones para permitir nuestra inclusión a las discusiones y debates que nos atraviesan.”, es importante, entonces, reconocer las historias de otras mujeres y personas de sus propias capacidades y agencias, que nos permitan crear cambios colectivos específicos, incluso cuestionar  los formatos de enseñanza-aprendizaje, que históricamente hemos entendido como únicos y correctos,  ante esta afirmación, Nelys Palacios, mujer lesbiana nicaragüense, habitante de la zona campesina, afirma, en una entrevista realizada para Acuerpadas: “Es necesario aprender de la experiencia de otras personas, escuchándoles activamente, no desde la lástima, sino, desde la compasión y la fuerza con que se han enfrentado a su contexto”. 

Yo sé que ahora, nada puede cortarme las alas e impedirme volar”,  comenta Chrissh, “estoy consciente que junto a otras y otros, tengo la posibilidad de construir un mundo más digno, para quienes han vivido lo mismos que yo viví”, lamentablemente no todas las personas LGBT hemos desarrollado estrategias de resistencia frente al odio que vivimos, construir sociedades donde podamos vivir libremente, sabemos que juntas, juntes, y juntos, podemos conseguirlo, es importante iniciar por imaginar en comunidad. 

“Merecemos soñar con una sociedad en la que nos sintamos libres, donde vivamos sin temor alguno por ser quienes somos. i Basta de exclusión, todas las personas somos válidas!”

Chrissh Rodriguez

Si querés leer algunas memorias de mujeres diversas, de distintos movimientos que han tejido redes de trabajo colectivo más incluyentes, podés visitar el siguiente enlace; https://www.flipsnack.com/F99BEF88B7A/enraiz-ndonos-cuentos-final-1.html

Te recordamos, que estos cuentos han sido traducidos al idioma inglés y  a lenguajes amigables con la discapacidad; podcast y lengua de señas nicaragüenses, si te interesa acceder a este material, podés escribir a la página de facebook de: Acuerpadas

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