Cada año que las chavalas avanzan en sus estudios o se preparan para la vida, aprendiendo un oficio o comenzando un emprendimiento, por ejemplo, aumentan sus posibilidades de desarrollo personal. Les permite atrasar la llegada de embarazos inoportunos, así como uniones tempranas para las que no están preparadas, tomar decisiones que les favorezcan en su independencia emocional y económica, convirtiéndose en adultas responsables de su propia vida. El fin es tener un mejor “equipaje” para lograr calidad de vida y no sentirse víctimas del destino ni de las circunstancias.
Las estadísticas dicen que la alta tasa de embarazos en adolescentes de América Latina está relacionada con un inicio sexual temprano, falta de acceso a la información y falta de educación sexual y reproductiva de las personas jóvenes. Tener relaciones sexuales no necesariamente tiene como fin casarse y tener hijos, aunque ese sea un mandato patriarcal para las mujeres. A menor edad puede haber menos control de las consecuencias de las relaciones con o sin protección; aún así los métodos usados podrían fallar, enfrentándonos con decisiones importantes como seguir adelante o no con un embarazo, dejar de estudiar o casarse, aunque no haya sido ese el plan inicial.
La sexualidad abarca no sólo lo relativo al sexo sino a los afectos y las relaciones con las demás personas. Todas hemos recibido mensajes y modelos sobre el amor y el enamoramiento y así aprendemos qué esperar de una relación. El amor puede ser fuente de placer y alegría y también de dolor y frustraciones dependiendo de las expectativas que tengamos. Por lo general es en la adolescencia y la juventud cuando buscamos una pareja, tenemos un gran impulso y motivación para enamorarnos.
¿Por qué y para qué es el noviazgo?
El noviazgo es un tiempo para disfrutar la compañía de alguien que te atrae; conocerle, hablar, identificar compatibilidades e intereses y valores comunes. Esta etapa puede ser una gran oportunidad para conocernos mejor a nosotras mismas, sobre lo que queremos y no queremos en el amor y también darnos cuenta si nos interesa juntarnos con alguien para un mediano o largo plazo, ver si la relación tiene posibilidades. Pero no todas las relaciones de noviazgo tienen como fin quedarse juntos. Los noviazgos pueden dar la posibilidad de experimentar, recibir cariño, placer sexual y más.
El problema es que el amor romántico nos ha enseñado que hay que buscar la media naranja que te complete y que estarás con esa persona para siempre. Son mitos que debemos desterrar porque nos hacen sufrir cuando vivimos como fracaso el final de una relación; cuando en realidad si una relación no te satisface, o por la razón que sea no continúa, debemos vivirlo como una experiencia de aprendizaje. Hacer el duelo, si es necesario, y verlo como un proceso natural que te permite saber lo que te conviene, lo que te hace sentir bien o lo que merecés.
Una relación dura lo que tiene que durar y no necesariamente ser dramática al terminar; a veces hasta se siente alivio. Aprendamos de esa experiencia y continuemos con nuestra vida sin ponerle mente a las personas que creen que “probar” y experimentar es solo para hombres. Esos son mensajes machistas que nos discriminan como mujeres. Nosotras tenemos derecho a tener nuestras propias experiencias sin culpa, miedo o vergüenza, siempre tomando las precauciones necesarias para prevenir un embarazo, si no deseamos salir embarazadas.
Amor y enamoramiento: Dos cosas diferentes
Amor y enamoramiento son dos etapas de una relación. El enamoramiento se da al inicio. Puede durar desde 2 a 3 meses hasta 1 o 2 años, no más. Generalmente tendemos a mostrar lo mejor y más atractivo de nosotras mismas y lo mismo hace la otra persona. Se experimentan emociones intensas porque nuestras hormonas liberan sustancias que parecieran decirnos que esa persona es la indicada, que nos da felicidad y nadie puede separarnos; esa otra persona se considera lo mejor que nos puede pasar y quisiéramos estar siempre con ella.
Pasar del enamoramiento a la relación amorosa como tal, requiere reconocer y aceptar a la otra persona como es, con sus cosas positivas y negativas. En el amor lo más importante es acercar la cabeza al corazón para no tomar a la ligera decisiones trascendentales porque no es lo mismo elegir que dejarse arrastrar. Sobre todo, te conviene conocerte a vos misma. Tener claro qué querés o no querés para tu vida, cuáles son tus intereses, aspiraciones, necesidades y proyectos. Si no nos conocemos, ¿cómo le diremos al otro u otra lo que queremos y lo que ofrecemos para construir una relación?
Si estás buscando una relación estable, el noviazgo es la oportunidad para platicar sobre temas importantes como los estudios, la economía, los proyectos de vida propios, las creencias espirituales, el trabajo y lo que es negociable y no negociable. Por otro lado, te permitirá identificar conductas que indiquen si tu enamorado/a respeta tu individualidad y va a apoyar tu crecimiento o, por el contrario, tiene conductas de control que lleven a situaciones de violencia.
Aquí te presentamos algunas pistas que pueden ayudarte a descubrirlo:
- Si te acepta y le gusta tu forma de ser, con tus puntos positivos y defectos; si te sentís cómoda de ser vos misma a su lado, ahí es. Sé fiel a vos misma, no te traicionés, no digas que te gusta lo que no te gusta sólo para complacerle. Primero aceptáte a vos misma y sé auténtica.
- Si la persona que te gusta es abierta para mostrarte a sus amistades, a su familia y se relaciona con los tuyos de buena manera, este es un punto a su favor. Observá cómo se comporta con otra gente. ¿Cómo trata a su mamá y hermanas? ¿Cómo habla de sus ex novias? ¿Qué comentarios hacen sus amigos cuando está con ellos y sin él? Esas conductas pueden trasladarse a su relación con vos.
- Si tiene actitudes que te causan temor y dudas, prestá mucha atención. Si controla con quién hablas, a dónde vas, qué ropa te pones, tené mucho cuidado y no lo justifiqués porque puede ser el inicio de una relación de maltrato. Hacéle caso a lo que te dice tu intuición: Si sentís miedo de que se enoje, si te causan malestar sus desplantes y nunca se disculpa por haberte hecho daño de manera intencional o no intencional. Si jamás le interesa saber cómo estás y critica tu forma de ser, podés estar segura que esas actitudes con el tiempo empeorarán en vez de mejorar.
Es mejor “salir corriendo”, como dice la canción de Amaral. Huí ante los gritos, insultos o golpes porque la violencia no tiene ninguna justificación. Puede que no te pegue, pero si te humilla, sola o delante de los demás, seguramente va a ponerte en riesgo más adelante.
- Nos han hecho creer que “el poder de nuestro amor” hará que la otra persona cambie con el tiempo aquellas actitudes que nos incomodan. Sin embargo, el cambio solo puede venir de una misma. Si te proponés cambiar a la otra persona, seguro te vas a frustrar porque ésta tiene que querer hacerlo realmente. Recordá que cada cual es como es y si no te conviene por la razón que sea, es mejor seguir tu camino.
- Si tu novio/a te presiona u obliga a tener más intimidad de la que vos estás dispuesta a dar, simplemente no aceptés. Tener relaciones sexuales sólo para que no se vaya, cuando no estás segura, ni lo deseás, ni te sentís preparada, es someterte. Tener intimidad sexual debería ser un acuerdo entre ambos de cuándo, dónde, cómo y con las debidas precauciones para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos. Además, podés decir que sí y luego cambiar de opinión, ya que, si notas que no te sentís a gusto, siempre tenés derecho a decir que no y deben respetarte.
- No cerrés tus oídos cuando las personas que te conocen y estiman te dicen lo que piensan de tu relación. Aunque la decisión siempre es tuya, éstas no están influidas por la atracción que sentís hacia ese chico o chica y pueden ver lo que quizás no estás viendo porque, como ya dijimos, durante el enamoramiento idealizamos al otro y no vemos todo el panorama.
- Nada es perfecto en este mundo y hay diferencias que son salvables, otras no. Así que no te apresures a tomar decisiones, si no estás segura.
Una última recomendación es que no busqués la felicidad en una relación de pareja, no vayás con carencias y necesidades insatisfechas porque eso sólo crea dependencias y apegos que te harán sufrir. Al contrario, en una relación es más libre el que menos necesita. Por eso, ve satisfecha, feliz y plena para que lo que compartás, sea porque querés y no porque necesitás.
Vos podés ser feliz sin pareja, pero si elegís estar con esa persona, que sea porque te sentís bien compartiéndote con ella. Esa es una elección y ser libre es lo mejor para tener una vida que merece ser vivida.
Textos/videos consultados:
- ¿Para qué sirve un noviazgo? – María Álvarez de las Asturias – Instituto Coincidir
- Las 7 etapas del amor y su duración – Gema Adsuara Arrufat Psicología Online.
- Los límites del amor – WalterRiso
- Los 10 NO del noviazgo para un buen matrimonio – Aleteia.org Alejandra María Sosa
- Cultivar un amor a la medida – Nilda Chiaraviglio https://www.youtube.com/watch?v=L9uJO6ZIkXU&t=200s
- Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y El Caribe.
Informe de consulta técnica, 29 y 30 de agosto de 2016 Washington, D.C., Estados Unidos de América