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Guardianas del Lago: Cuidar el agua, preservar la cultura

Guardianas del Lago: Cuidar el agua, preservar la cultura

Rosa Sosof
Tz’utujil
Comunicadora Comunitaria

Desde 2009, un grupo de mujeres de San Pedro La Laguna ha dedicado su tiempo y esfuerzo a proteger la abuela lago. Nana Lola, una de las integrantes de guardianas del lago, recuerda que no ha sido tarea fácil. “Muchas personas no se toman el tiempo para ayudar a sacar la basura del lago. Nosotras, como guardianas, regalamos nuestro tiempo para cuidar la madre tierra, somos muchas, pero por el factor tiempo no todas pudieron llegar hoy”, afirma.

Escucha a Nana Lola en Idioma Tz’utujil

En el año 2009, la municipalidad de San Pedro La Laguna hizo un reglamento según el Acta 46-2009, donde indica que los 10 metros de la orilla del lago son de uso público para la gente y no deben privatizarse, lo que garantiza que todos tengan acceso al lago y respalda de manera simbólica la labor de las guardianas.

Las actividades de limpieza no están exentas de riesgos. Entre tapitas, bolsas, jeringas y fragmentos de vidrio, las guardianas se han lastimado las manos y los pies en varias ocasiones. Aun así, el compromiso sigue intacto. “Para nosotros es una alegría cuidar el lago y evitar que se contamine más”, comenta Magda, otra integrante. Este año, celebran 16 años de trabajo constante en la protección del ecosistema.

La labor de estas mujeres no solo protege el agua, también refuerza las tradiciones y la cultura local. La hija de Magda, participa desde los 9 años con las guardianas ha aprendido a reciclar y a transmitir la importancia de cuidar el lago a futuras generaciones. Las que conforman la abuela lago son tejedoras, comerciantes, agricultoras, entre otros,y todas comparten la visión de preservar la identidad y la cultura local. “Esto es una lucha que hacemos constantemente y agradecemos a todas las personas que se unen a apoyarnos”, señala otra voluntaria.

A pesar de los logros, las guardianas enfrentan desafíos entre ellos la falta de apoyo constante de las autoridades y la indiferencia de algunos vecinos y turistas complican su labor. Doña Lola recuerda que entre 2009 y 2022 sí recibieron apoyo ocasional en forma de costales, camiones de basura y un pequeño refrigerio, lo cual consideraban muy valioso. Sin embargo, con la llegada de la nueva alcaldesa, a pesar de ser mujer y paisana, pensaban que las iba a apoyar, pero en cambio fueron discriminadas y rechazadas. “Fuimos a la alcaldía con nuestra solicitud de costales, camiones de basura y una pequeña refacción, pero nos dijeron que no. Contrataron a hombres para limpiar el lago, pero ellos solo se enfocan en el salario y no hacen bien el trabajo. Yo ánimo a mis compañeras y les digo que Dios nos va a bendecir siempre”. Aun así, todas coinciden en que su labor  de voluntarias  es necesaria para proteger la Abuela Lago.

Escucha a Doña Lola en su Idioma Tz’utujil

También queremos reconocer el valioso apoyo de Nancy, quien nos ha brindado refacciones y nos ha ayudado con materiales como costales, machetes, azadones, lazos y changos. Como hemos mencionado, lamentablemente no contamos con el apoyo de la alcaldesa, por lo que la colaboración de personas como Nancy es fundamental para continuar cuidando el lago.

Las guardianas también señalaron que, en 2016, las autoridades municipales aprobaron el Acuerdo Municipal 111-2016, el cual establece la prohibición de los plásticos de un solo uso, tales como bolsas, pajillas y recipientes de duroport. 

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La contaminación es un problema visible y persistente, especialmente en áreas turísticas como Panajachel, donde residuos de hoteles y visitantes terminan en el agua cada vez que llueve. “Si no cuidamos nuestro lago, en unos años podría convertirse en un Amatitlán más”, advierten. Por eso, màs de 26 guardianas, organizadas en 8 grupos, trabajan cada mes para recoger alrededor de cuarenta costales de basura, entre ropa, latas y plásticos, y además promueven la reducción del uso de plásticos, conscientes de que este material contamina el lago y amenaza la vida de su ecosistema.

El mensaje de las guardianas también va dirigido a las nuevas generaciones y a los visitantes. Invitan a jóvenes, niños y turistas a ser conscientes, a no tirar basura y a participar activamente en la conservación del lago. “Si queremos seguir viviendo de este agua y mantener viva nuestra cultura, debemos aprender a respetar y cuidar la Abuela Lago”, concluye María González.

El trabajo de estas mujeres demuestra que la protección del medio ambiente y la preservación de la identidad cultural van de la mano. Su compromiso es un ejemplo de cómo la acción voluntaria, la educación ambiental y la tradición pueden unirse para garantizar un futuro limpio y sostenible. Las guardianas también reconocen la importancia de la colaboración entre todos los pueblos que rodean el lago. Un claro ejemplo es Santiago Atitlán, que retiró las jaulas de tilapias que contaminaban el agua. Este esfuerzo muestra que todos los pueblos deben unirse para cuidar la Abuela Lago, proteger las raíces y asegurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de este tesoro natural.

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