El género es un concepto que ha permitido a las feministas y a las personas disidentes sexuales enunciar y analizar los constructos sociales normativos impuestos que afectan nuestras vidas. Se refiere a las expectativas, roles y comportamientos que la sociedad atribuye e impone a las personas en función de su identificación sexual, generalmente basada en los genitales con los que nacen. A menudo se asocia con las categorías binarias “hombre” y “mujer”, que también tienen una jerarquía social en la que se valora más lo masculino que lo femenino. Este constructo social normativo implica la imposición de roles y comportamientos esperados en términos de apariencia, vestimenta, intereses, comportamientos y tareas en la sociedad.
Es importante mencionar que el género es una construcción social y que estas normas y expectativas varían ampliamente en diferentes culturas y a lo largo del tiempo, siendo históricas y sujetas al cambio. Además, muchas personas no se identifican estrictamente dentro de las categorías binarias de hombre y mujer, pudiendo identificarse como género no binario, género fluido u otras identidades de género. Esto plantea una propuesta personal para desmantelar las cajas impuestas en las que hemos sido socializados.
En los últimos años, algunas corrientes feministas y disidentes sexuales han llevado a cabo esfuerzos para desafiar y cuestionar las normas y estereotipos de género, promoviendo una mayor aceptación y respeto hacia las diversas identidades de género y reconociendo esto como parte de la diversidad social humana.