Sophia Valenzuela / @labibliotecadesophie
Cazzu, una artista argentina que destaca en la música, principalmente en géneros como el trap, R & B, y reguetón lanzó un libro, titulado: Perreo. Una revolución.
Veo la portada del libro y me parece espectacular, pero me pregunto ¿de qué va el libro Perreo, una revolución?, ¿será una recopilación de canciones de perreo? Leo atentamente una reseña y resalta que el tema principal es el “machismo” en la industria donde se ha involucrado. ¡Ahí capta mi total interés! Así que busco más comentarios del libro para saber si tiene un contenido interesante para leer. Encuentro una pequeña reseña en la cuenta lit.literal que dice: “Y yo me pregunto: ¿Cómo es que un fenómeno machista y cosificador como el reguetón pueda empoderar al mismo objeto que denigra? Ese fragmento me engancha. ¡Empiezo una nueva lectura!
Para quienes quieran conocer más de Cazzu, pueden seguirla en su cuenta de Instagram @cazzu o en su canal de YouTube Cazzu, donde comparte su música, proyectos y reflexiones. ¡Descubramos más de Perreo, una revolución y de esta artista que sigue marcando tendencia dentro y fuera del escenario!
Quiero empezar compartiendo lo que la artista habla sobre su libro y su experiencia. En una entrevista con Lety Sahagún y Ashley Frangie del Podcast “Se Regalan Dudas” Cazzu empieza diciendo:
“No quería hacerlo por ser imperfecta, por dar ideas incompletas si no iban a tener la profundidad. Luego entendí que no tenía que responder a la literatura como alguien experta en la literatura y escritura de un libro. Yo tengo que escribir como quien soy, como la trapera y la reguetonera que todo el mundo conoce”
Menciona también que el objetivo del libro también era cuestionar ¿Por qué nos gusta perrear? ¿Por qué empodera, cosifica, insulta o nos identifica?, y discute si temas de sexo, drogas, rock and roll, no se integraban en otros géneros como el blues.
Cazzu menciona que: “El libro es perfecto para ser esa puerta que quise crear. Se dijo lo que estaba disponible”.
Son casi 200 páginas donde la artista comienza narrando su perspectiva del feminismo y abordando algunos conceptos básicos necesarios para entender que machismo no es antónimo de feminismo y que dejar claro esto es importante para saber cómo se aborda su perspectiva y análisis.
Al leer el primer capítulo, me resultó interesante la forma en que la autora aborda la conceptualización de términos como “cosificador” hablando de ver a una persona como un objeto o “sexualizar”, que es otorgar un significado sexual. Me llamó la atención cómo logra trazar una línea muy fina entre el poder que implica apropiarse de la propia sexualidad y el riesgo de que esa exposición sea interpretada o utilizada desde una mirada masculina que la objetiviza.
A través de su narración hace diferentes ejercicios. El que más se repite es el análisis de canciones representativas de reguetón y perreo, para profundizar si hay una interpretación que no logramos descifrar al escucharlas. Empieza citando a Daddy Yankee con la letra de “Gasolina”, donde concluye que la letra alude a que hay consenso sexual, además también estudia ‘Yo perreo sola’ (2020), de Bad Bunny y si invisibiliza la voz de Nesi, una cantante puertorriqueña que colabora en la canción.
En esa dinámica se van generando debates y concluyendo si en realidad la música es machista o la industria lo es. A lo largo de los capítulos, también cuenta diferentes anécdotas que le han sucedido siendo mujer en la industria y relacionándose con hombres, donde ha tenido que enfrentarse a burlas, mansplaining (situación en la que un hombre explica algo a una mujer de manera condescendiente, presuponiendo que ella no lo sabe o entiende), abuso, sexualización y más.
Son 8 capítulos donde expone la industria, el machismo y más. En el libro encuentras: Revolución sin querer, Le metes como nene, Perreo, Vender sexo en el arte siendo mujer, El valor de la belleza, Fronteo, Composición y más.
Al leer este libro, varias frases me llamaron profundamente la atención porque me confrontan y me obligan a cuestionar la manera en que vivimos y nos relacionamos con las estructuras de poder y género. Por ejemplo, cuando dice:
- “Vivimos en una cultura que limita y condiciona nuestra libertad, cuando desde pequeñas se nos enseña que somos nosotras las que debemos tomar recaudos para no ser las víctimas potenciales de una violación, abusos y violencia. Esa misma cultura nunca les dice a ellos a lo largo de sus vidas que podrían convertirse en potenciales violadores, asesinos o golpeadores, y mucho menos, les brinda herramientas para no serlo”.
Esta frase me increpó porque me recuerda cómo desde la infancia aprendemos a cuidarnos, a anticipar el peligro, mientras que nunca se nos enseña a los hombres a responsabilizarse de sus propios impulsos o a cuestionar la violencia que podrían ejercer. Me hace reflexionar sobre cuánto del “riesgo” recae sobre nosotras, en lugar de sobre la educación emocional y ética de quienes podrían lastimarnos.
- “Cuando se instala la duda, empieza el trabajo de zapa, incluso si la mujer está demasiado cualificada. La idea de no merecer totalmente el puesto de responsabilidad que desea u ocupa, debérselo a la suerte, temer en todo momento que la descubran y la juzguen, perpetúa todas esas creencias limitadoras”.
Subrayé esta frase porque pone en palabras un fenómeno que he vivido y observado: la duda interna y el síndrome del impostor. Me confronta porque me hace reconocer cómo, incluso siendo capaz y preparada, nuestra cultura nos hace cuestionarnos constantemente, y esto limita nuestra proyección profesional y personal.
También me llamaron la atención los comentarios sobre la sexualidad y la música:
- Una mujer no se desvaloriza por sexualizarse, se revaloriza por apropiarse de su sexualidad y de su deseo, al elegir qué hacer con ellos, en un mundo totalmente reservado al placer masculino heterosexual.
Y la reflexión sobre el machismo en el trap y el reggaetón:
- ¿Por qué asociamos más el machismo con el trap y el reggaetón? Las respuestas de los entrevistados se centran en lo explícito y lo sexual de sus letras, pero también por su forma de bailarlo. Sin embargo, cuando se les preguntó si creían que el perreo empoderaba a la mujer, todos o casi todos, respondieron que sí.
Estas frases me increpan porque cuestionan ideas muy arraigadas: nos enseñan a temer nuestra propia sexualidad y, al mismo tiempo, nos muestran que apropiarnos de ella puede ser una forma de poder y libertad. Me obliga a replantearme cómo interpretamos los símbolos culturales y a no caer en simplificaciones que solo refuerzan prejuicios.
Por último, las frases sobre el éxito y el dinero:
- El éxito laboral viene de la mano de “mejorar” la imagen y, sobre todo, si se trata de las mujeres.
- Ganar dinero para una mujer implica mucho más esfuerzo, desventaja y obstáculos, sobre todo si hablamos de mucho dinero.
Elegí estas frases porque reflejan la injusticia estructural que persiste en el ámbito profesional. Me increpan porque me muestran que, aun cuando las mujeres logramos destacar, hay un doble esfuerzo: debemos ser visibles y competentes, pero también ajustarnos a normas estéticas y sociales que rara vez se exigen a los hombres.
En conjunto, estas frases me invitan a reflexionar, cuestionar y replantear no solo la forma en que la sociedad percibe a las mujeres, sino también la manera en que nos percibimos a nosotras mismas. Me confrontan con la necesidad de apropiarme de mi voz, mi espacio y mi poder, en un mundo que sigue condicionando nuestras libertades desde la infancia.
Es curioso como en el libro, al analizar las canciones llega a una conclusión no directamente expuesta, pero sí escrita entre líneas, y es que muchas de las canciones de reguetón (La Gasolina, Yo perreo sola, Sal y perrea, Yo quiero bailar, entre otras) que se cree que hablan de sexo, exponen a la mujer como un objeto sexual o la cosifican (tratarla como objeto), en realidad les está brindando un poder sobre su cuerpo y que no exponen un abuso, sino un acto consensuado, donde la mujer tiene el control sobre el acto y su cuerpo. Entonces nuestra doble moral. ¿Será que nos dirige hacia un mensaje que lo hemos inventado en nuestra cabeza, realizando críticas a algo que dice realmente lo contrario?
El libro no llega a una conclusión concreta sobre si existe o no machismo en las canciones y en la industria, pero deja entrever que el machismo se da en la industria, no precisamente en las canciones que crean.
Perreo, una revolución por Cazzu es un libro muy interesante de análisis del machismo en la industria de la música y sus protagonistas. Por último, quiero cerrar con el mensaje que deja la escritora en las últimas páginas.
No estoy ejecutando un ataque, sino una invitación a la inclusión, que es básicamente de lo que trata este libro.
